Manifesto contra a demolição das obras de reabilitação do Teatro de Sagunto

En relación con el fallo del Supremo que ordena la demolición de las obras de restauración del Teatro Romano de Sagunt, tras17 años de litigio judicial, político y mediático, los profesionales de la cultura y las artes y demás ciudadanos no podemos guardar silencio y nos sumamos al siguiente

MANIFIESTO CONTRA LA DEMOLICIÓN:

LA DEMOLICIÓN ES UN ATAQUE A LA INDEPENDENCIA Y A LA LIBERTAD DEL MUNDO DE LA CULTURA.

Una obra artística puede gustar o no, pero llevarla a los tribunales de justicia sienta un precedente preocupante que afecta a la libertad de la que debe gozar la cultura. La confrontación política no puede invadir el espacio creativo que debe a toda costa preservar su autonomía. La creación artística debe permanecer al margen de la batalla política porque, en caso contrario, resulta herida de muerte.

LA DEMOLICIÓN ES UN ACTO DE VENGANZA POLÍTICA QUE NO TIENE NADA QUE VER CON EL DEBATE ARQUITECTÓNICO.

La rehabilitación del Teatro ha sido usada como arma política y convertida en fenómeno mediático creando una falsa polémica al margen de su valor arquitectónico. Así se explica que haya llegado a los tribunales y haya protagonizado tantos titulares mientras goza de gran prestigio internacional y se estudia en universidades de toda Europa. Fue aprobada por la Generalitat valenciana en los 80, entonces gobernada por el PSPV-PSOE. El PP valenciano en la oposición hizo bandera contra el proyecto así como determinados sectores de la prensa que han cultivado la polémica durante ¡más de 20 años! El litigio judicial fue iniciado por un ex diputado autonómico del PP en 1993. Lamentablemente se ha utilizado el producto de la reflexión estética para la ventaja política.

LA DEMOLICIÓN ES UN DERROCHE Y VA EN PERJUICIO DE LOS CIUDADANOS Y DE LAS ARTES ESCÉNICAS.

Priva a los ciudadanos, sobre todo a los saguntinos, de un espacio que ya está funcionando y alberga iniciativas culturales como el festival Sagunt a Escena dotando de vida cultural y económica a la ciudad y a la sociedad en general. Supone el cierre de otro espacio escénico. Su coste superará con mucho los seis millones de euros que pagaremos los ciudadanos y que no se aplicarán a otras partidas muchísimo más necesarias como por ejemplo la conclusión de esta consolidada instalación cultural.

LA DEMOLICIÓN ES UNA MUESTRA DE COBARDÍA INTELECTUAL.

Durante siglos las ruinas del Teatro han sufrido modificaciones de todo tipo sin rigor científico. Las diversas intervenciones, en su mayor parte reconstrucciones sin fundamento, habían afectado a gran parte del teatro cuando se llevó a cabo esta restauración. La rehabilitación se apoyó en exhaustivos estudios arqueológicos y fue aprobada por las administraciones competentes. Ahora figura en numerosas guías de arquitectura internacionales y fue finalista de los prestigiosos premios europeos Mies Van der Rohe. Se trataba de una fina exploración de los límites de la intervención arquitectónica sobre la ruina, superando la lectura romántica del monumento.

Teniendo en cuenta la cantidad de obras ilegales que perduran impasibles, sin ser demolidas, se debería contemplar algún tipo de medida contra la “reversión” del Teatro y ante todo DEJAR CONSTANCIA DE QUE LOS PROFESIONALES DEL MUNDO DE LA CULTURA Y LAS ARTES ESTAMOS FRONTALMENTE OPUESTOS A ESTA DEMOLICIÓN.

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